martes, 22 de enero de 2013

La buena novela, de Laurence Cossé



Estas navidades me regalaron un libro que yo desconocía, pero que supongo que tiene el sello de calidad de Impedimenta. Se trata de La buena novela, de la escritora francesa Laurence Cossé, una curiosa historia para apasionados de los libros.

Se trata de una novela bien escrita, muy bien estructurada y con un curioso juego de narradores, pero tengo que decir que si bien al principio me atrajo mucho la historia (Francesca y Van, dos apasionados de la buena literatura, deciden montar una librería en París partiendo de una premisa muy concreta: vender solo buenas novelas), lo cierto es que no terminó de convencerme. Me explicaré.

Al principio parece que se nos plantea un misterio: han intentado asesinar a unos famosos escritores, todos ellos pertenecientes al comité secreto que elige los títulos de la librería de moda, La buena novela, por lo que los dueños deciden ponerse en contacto con Heffner, un prefecto para el que tendrán que reconstruir la historia de cómo surgió la idea de la librería y cuáles son sus principales enemigos y competencias.

Y de eso trata esta novela, ni más ni menos que de cómo se monta un buen negocio, sobre todo con muchas ganas y pasión, y no está mal, creo que todos los que tenemos afición a la lectura hemos acariciado esa idea alguna vez, pero yo le pondría varias pegas al libro. 

La primera cosa que me ha chocado es que el género no está definido y puede incitar al engaño, es decir, que los primeros capítulos te hacen pensar que estás comenzando una novela de misterio o incluso, en cierto modo, policíaca, y esta idea se aleja demasiado de la realidad. Y por otro lado están los personajes, aunque esto es algo subjetivo y puede que haya sido solo cosa mía, pero lejos de empatizar con sus protagonistas, a los que claramente su autora pretende darles cierta profundidad, a mí francamente me da igual lo que les pase, y añadiría más, hay un personaje secundario (Anis) al que le cogí tirria.

En definitiva, lo primero que me he preguntado al terminar el libro (que en las últimas 100 páginas se me hizo un tanto cuesta arriba) ha sido: ¿venderían La buena novela en La buena novela? Seguramente no.


lunes, 21 de enero de 2013

Mejor Manolo: Manolito ya no es un niño de la infancia



Hablemos claro: no solo de Galdós vive el hombre, y a qué negarlo, a una servidora siempre le han gustado los libros de Manolito GafotasY es que para mí estos libros no son, a pesar de la creencia popular, una torpe copia de El pequeño Nicolás. Vamos, que no acepto tal definición ni en lo de torpe, ni en lo de copia, y si me apuras hasta me quedo con el primero. Y no, no tengo la típica disculpa de que lo que pasa es que yo he crecido con estos libros porque también confesaré que yo con Manolito empecé siendo ya mayor de edad, pero es que a pesar de ser literatura infantil me parece que sus historias son totalmente adaptables a un lector adulto -y con un gran sentido del humor ;)-.

Sea como fuere, desde Manolito tiene un seccreto siempre me había quedado con ganas de más, pero enfrentarse a una nueva entrega más de 10 años después hace que planee sobre el lector la sombra de la decepción. Y además añadimos más leña al fuego si nos la jugamos con un personaje que ha crecido y está en plena pubertad y un nuevo personaje: su hermana la Chirli.

Pues bien, a mí me asustaba sobre todo el primer punto, porque el paso de Manolito, El Orejones, Yihad (el chulito) y Susana Bragas Sucias a la adolescencia  no me convencía demasiado, y ojo, sigue sin convencerme, pero me ha parecido un giro muy inteligente por parte de Elvira Lindo el actualizar a los personajes pero trasladando la mayor parte de las anécdotas al punto temporal en el que nos dejaba la anterior entrega.

Historias muy divertidas, como siempre, que me han hecho volver a reír como antes pero esta vez con una Chirli muy auténtica que incluso puede llegar a destronar al Imbécil, y trasladadas a la realidad contemporánea, pues ni la autora ni nosotros podemos olvidar que la sociedad ha cambiado mucho en esta última década. Sin embargo el punto en el que el libro me chirría es en la crítica social que subyace a buena parte de las historias, precisamente lo que más alaba la gente del libro, pero qué queréis que os diga, para mí estos libros siempre han sido y serán sinónimo de evasión.

Aunque en general lo he disfrutado mucho, porque la verdad es que no podía parar de pasar páginas, yo sin embargo lo tengo claro: mejor Manolito.








lunes, 14 de enero de 2013

Reto Seamos Realistas



Soy totalmente nueva en esto de los retos, así que no sé si lo estaré haciendo como debo, pero me lanzo. No hace mucho fui a parar por casualidad al blog de Carmen y amig@s, y vi su reto Seamos Realistas al que no me pude resistir.

Parece ser que el reto consiste simplemente en leer 1, 2 o 3 novelas de autores realistas antes de que termine el año. Pues bien, definitivamente me apunto, porque el realismo es lo mío y porque esta corriente esconde para mí a los mejores escritores de este país.

Y ya de lanzarme, me lanzo del todo y me comprometo con tres, y aunque todavía no sé cuáles serán las obras sí he elegido a los autores: Galdós, Clarín y un tercero para mí muy especial del que ya hablaré cuando toque. Iré poniendo los enlaces de cada uno en esta entrada.

El amigo Manso, Benito Pérez Galdós.

Doña Berta, de Leopoldo Alas «Clarín».

Dulce y sabrosa, de Jacinto Octavio Picón.

Y otra más de propina:

Fortunata y Jacinta

martes, 8 de enero de 2013

El filo de la navaja y mi pasión por W. Somerset Maugham



Es curioso, pero siempre que me preguntan por mis escritores preferidos uno de los primeros nombres que me vienen a la cabeza es el de William Somerset Maugham, autor del que he leído apenas tres novelas, aunque considero que las tres son fantásticas. Siempre estoy intentando leer más, pero tampoco se encuentran demasiadas traducciones de él, o al menos en ediciones modernas, así que estoy racionando sus pequeñas obras de arte.

Desde que casualmente leyera Servidumbre humana (1915), una de sus obras más famosas y para mí la mejor de todas, me enganché totalmente a su forma de escribir tan conmovedora. El caso es que hace un par de años encontré en casa de mi abuelo El filo de la navaja (1944), en una de esas horribles ediciones de El círculo de lectores que ya huelen a humedad, pero no fue hasta este verano cuando me decidiera a leerlo y lo he disfrutado mucho.

La novela nos cuenta la historia del joven Larry, un americano que siendo apenas un adolescente es ya un ex aviador de la I Guerra Mundial, y que atormentado por la muerte de un compañero y rechazado por su novia, Isabel, decide emprender un viaje que le ayudará a reflexionar sobre la vida y la muerte.

Aunque intentando informarme sobre más aspectos de la novela a menudo he leído que se cataloga como una historia romántica, los amores y desamores de Larry e Isabel son lo más anecdótico de una gran historia que en realidad no cuenta nada, pero que ahonda en lo más profundo de la condición humana y de la sociedad de los años veinte.

A medio caballo entre América y Europa, Maugham nos cuenta una historia muy personal, tan personal que él mismo se transforma en uno de los protagonistas, el hilo conductor en realidad de los dos mundos separados de Larry, peregrino espiritual, e Isabel, jovencita burguesa. Y todos estos encuentros y desencuentros en el marco incomparable que es París.

Como nota un tanto anecdótica, una manía: así como hay gente que compra un imán de nevera o manda una postal cuando viaja, yo siempre me guardo para mí una frase de cada novela Somerset Maugham, la apunto, la subrayo y simplemente me la quedo. En esta ocasión elegí una que, paradójicamente, hará que el joven Larry Darrell sea para mí siempre inmortal:

Quizá cuando su vida acabe no deje de su paso por la tierra señales más profundas que las que un canto arrojado al río deja sobre la superficie del agua.

Os invito a que vosotros también leáis El filo de la navaja y encontréis la vuestra. Desde aquí os la recomiendo con 5 estrellas bien merecidas.



viernes, 4 de enero de 2013

Reto para 2013: me planto en los 30




Mi reto para 2013 es leer 30 libros. No es que no sea una persona ambiciosa (que la verdad, tampoco) sino que en primer lugar, me gusta ser realista, y en segundo, nunca entendí muy bien estos retos, vi el banner en Good Reads y me dio por hacerlo pero si soy sincera, todo esto me suena a leer por obligación y estoy totalmente en contra.

Ya sé que lo normal es hablar de todas las virtudes y los beneficios de la lectura, pero admitámoslo de una vez, ¿cuantísimas veces hemos terminado una novela y pensado que ha sido una absoluta y total pérdida de tiempo? Quiero decir, si ves una película mala has malgastado dos horas de tu vida, pero con un libro... Suma todas tus decepciones y tendrás semanas enteras.

No me estoy yendo por las ramas, lo que quiero decir que es que encontrar 30 libros que merezcan la pena será tarea muy difícil, y no me quiero imaginar lo que podría entrar por mi coladero si me comprometira por más. Así que eso es todo, 30 libros, y ni siquiera sé si llegaré a tanto. Ya por lo pronto estoy leyendo que no me está gustando nada. Pero nada.


hasread 1 book toward her goal of 30 books.
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