No me resulta fácil estar de acuerdo con los detractores de este tipo de películas, pero tengo que decir que en este caso estoy (en parte) de acuerdo en un punto en contra de las adaptaciones cinematográficas y es que no ayudan a desarrollar una interpretación personal de las novelas. Digamos que las películas te muestran una interpretación totalmente guiada, y a veces un tanto sui generis, de una determinada historia.
A todos nos ha pasado alguna vez eso de leer un libro que realmente nos ha gustado, y cuando hemos visto la película nos hemos encontrado con una interpretación de la novela totalmente simplista, personajes desdibujados y una historia mutilada sin responder realmente a ningún parámetro lógico. Por ejemplo, al escribir esto yo no puedo evitar pensar en Nunca me abandones, la fantástica obra de Kazuo Ishiguro, y su horrible adaptación cinematográfica, con excelentes actores, pero horrible igualmente.
Sin embargo también hay que decir que muchas veces estas interpretaciones pueden resultar enriquecedoras, hasta el punto de no reconocer el mismo gérmen entre novela y película. Tal es el caso de arriesgadas adaptaciones como La piel que habito, que poco se asemeja finalmente a Tarántula, de Thierry Jonquet, o Tristana, con la que no me atrevo a afirmar que supere a la obra de Galdós, pero en la que hay que reconocer el mérito de Luis Buñuel a la hora de darle un enfoque distinto y un final a la altura del personaje.
Otro punto a favor de las adaptaciones, que rara vez se cita cuando sale este tema incomprensiblemente controvertido, es el hecho de que muchas de ellas superan con creces su original escrito. No hace mucho yo citaba el caso de Drive, donde la película de Nicolas Winding Refn supera en todos los aspectos la novela de James Sallis. Pero se me ocurren otros casos: Los puentes de Madison, Blade Runner...
Caso curioso es el de Stephen King, pues a menudo nos sorprendemos al ver que de novelas y relatos buenos pueden salir películas excelentes como Carrie, Misery, Cuenta conmigo... Y por supuesto, esa en la que todos estáis pensando: Cadena Perpetua.
Esta es una de las razones por las que siempre he visto injusto el tópico de "es mejor el libro", y poco sostenible la postura de que las adaptaciones no son viables o no deberían hacerse, más si tenemos en cuenta todos aquellos casos en los que los propios autores han decidido hacerse cargo de la adaptación: Clive Barker con Hellraiser, Ray Loriga con La pistola de mi hermano, Stephen Chbosky con The Perks of Being a Wallflower... Y no creo que todos estos escritores se hayan movido únicamente por el dinero, sino también por el hecho de que el lenguaje visual siempre puede aportar algo nuevo a las historias.
Por eso, si yo tuviese que hacer una lista de pros y contras como la del artículo de Hello Giggles tengo claro que la balanza se inclinaría en favor del cine que, en casos como el de Harry Potter, me ha hecho pasar ratos muy entretenidos y sin necesidad de leerme 800 páginas. Porque muchas veces se nos olvida que el tiempo es oro.
Me parece bien que se hagan adaptaciones cinematográficas pero antes de verlas hay que leerse el libro correspondiente, please.
ResponderEliminarBesos,
Pues aunque esté feo, yo con Harry Potter, por ejemplo, nunca he sentido esa necesidad.
EliminarA mi me pasa lo mismo, hay veces que no se tiempo para leer una novela de 800 paginas y no será lo mismo, pero te puede satisfacer.
ResponderEliminarBesos y feliz fin de semana.