domingo, 23 de junio de 2013

Buñuel y una biografía de verdad: Mi último suspiro



Siempre me han hecho gracia las críticas a esos libros de las Cincuenta sombras y todo ese porno para mamás que vino después. No es que yo quiera defender el género, simplemente es que si simples son esos libros más simples es expresarlo en voz alta como si los demás no nos hubiésemos dado cuenta (aprovecho para de decir que servidora se ha leído alguno que otro, así que no me malinterpretéis). No ocurre lo mismo con otro género, el de las biografías, que salvo contadas ocasiones no son más que pseudoliteratura, y sin embargo suelen contar con el respeto de aquellos lectores "serios".

Pero tranquilos, no os he atraído aquí con el título con promesas de hablar de Luis Buñuel para luego ponerme a hablar solo de fruslerías, lo que quiero decir con todo esto es que me he dado cuenta de que este género no tiene por qué ser siempre literatura de segunda, y para muestra un botón: Mi último suspiro me ha llenado más que muchas novelas.

¿Dónde está el quid?, ¿en que Buñuel era un genio de verdad? Sería un genio, no os digo yo que no, pero no nos vamos a engañar, si os animáis a leerlo veréis que entre un comentario inteligente y otro, dice una buena sarta de tonterías... La cosa está en que se trata de una autobiografía escrita con cariño, sentimiento y mucho, muchísimo sentido de la estética, algo de que lo que a menudo carecen escandalosamente estos libros.

Recuerdo que hace muchos años, en la celebración de algún centenario o algo similar, leí una entrevista rescatada de Buñuel en la que hablaba de la envidia que le producían los escritores, pues de haber sabido escribir nunca se hubiese metido a hacer cine. Por eso años después me sentí intrigada al encontrar su autobiografía, y tras leerla he de decir que qué pena que los malos escritores de verdad no sean así, porque me ha parecido lo mejor que se puede esperar del género.

Aunque parezca que se trata de un libro escrito a trompicones, con recuerdos dispersos sin un hilo que nos indique lo que debemos ir esperando al pasar la páginas, nos encontramos ante un relato muy cuidado (lo que no sabemos es si gracias a Buñuel o a Jean-Claude Carriére),  y aunque a veces parezca talmente que nos encontramos ante el flujo de conciencia del propio autor, responde a la visión onírica de la obra, pero también la que Buñuel manifestaba tener sobre su propia vida.

Os guste o no el cineasta, lo interesante del libro no es la vida del de Calanda ni su filmografía, sino su punto de vista como epicentro histórico y cultural del momento que le tocó vivir. Y al lado de todo tipo de datos y reflexiones sobre sus películas están las no menos importantes sobre la vida, la muerte y el camino a la vejez.

Os recomiendo esta biografía que, como debe ser, habla precisamente de eso: de la vida.


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